Eugenias

Las dos salen apuradas, cargando pesadas bolsas de Ricky Sarkany. Van vestidas en el límite del mal gusto. Dos Eugenias Grandet, se diría. Una le dice a la otra: "Apurate, con suerte alcanzamos el micro". Y corren. El que escribe sube a un taxi que huele a desodorante de ambiente. Mientras se acomoda, piensa que nunca les compraría unos zapatos de esa marca. Sí las llevaría a bailar un lunes o mejor aún: a caminar descalzas por el Parque.