Sola

El hamster que le regalaron le duró exactamente 48 horas. No crean que le asombró demasiado encontrarlo muerto, con los ojos abiertos en una expresión de espanto o algo muy parecido. Lo mismo le pasó hace un tiempo a una dálmata que le trajo de Salta su tío Arturo y a la tortuga que le dejó esa vecina que de un día para otro decidió mudarse lo más lejos posible de allí. Tampoco es de extrañar que ahora su novio apele a una buena excusa para no verla más. Un viaje de trabajo a Costa de Marfil es lo primero que se le ocurre para acelerar su partida. A Eugenio, el anterior, lo perdió con apenas 23 años, y si mal no recuerda, Agustín tendría unos 27 cuando sufrió esa inesperada y fulminante puntada en el corazón. Mientras piensa en esto, las flores que le dejó Octavio antes de huir se le marchitan en las manos. A sus espaldas, la rueda del hamster sigue girando. Sola.