Se llaman
y los llaman así: los O. La explicación es simple: son los O porque pueden ser
una cosa u otra. Eso, claro, no les permite sumar contra los Y, que por lógica
y adn siempre son -y serán- más. Incluso cuando los confunden con el cero
quedan en evidencia en cuanto a su falta de poderío. Lo suyo es ganar o perder.
Elegir es su trágico sino.