La planta misma

Para que su hijo le saque una foto tonta, de esas que gusta colgar en su muro de Facebook, coloca la mano izquierda en la planta carnívora que compraron ayer en la tienda del chinito Wa Lun. La imagen digital capta el momento exacto en que caen dos dedos, su cara se transforma como un papel al que va consumiendo el fuego y su mujer se desploma casi teatral. Hasta la planta misma, vemos claramente, ha quedado con la boca abierta.