Contame

El ventilador de techo va por su vuelta 108.957 cuando suena el timbre. Molesto, muy molesto porque han interrumpido su conteo, le abre al sodero y apuntándole en la frente antes de que el otro le lance su acostumbrando “Buenos días, jefe”, le dice, más bien le exige: “Empezá a contar. ¡Ya!”. Pálido y totalmente aterrorizado, el sorprendido hombre de unos 50 años se larga a contar titubeante: “1, 2, 3, 4, cin…” en la mitad del cinco suena el disparo. Con sus últimas fuerzas, el sodero exhala “…co”. Más relajado, el dueño de casa cierra la puerta de calle, vuelve a su pieza y recomienza el conteo interrumpido. Esta vez arranca desde cinco.