Fotocopias Galván

Todos los días, a la misma hora, pasa en el micro por esa calle igual a tantas otras. Lo único que marca una sutil diferencia es un cartel rojo y blanco (o al menos así lo recuerda él) donde se lee "Fotocopias Galván". Nadie puede explicarle por qué cada vez que pasa por ahí y ve las desprolijas letras de "Fotocopias Galván" piensa en ella y se pone casi tan triste como una canción de The Cure o una película iraní. Nada lógico une ese cartel a aquel viejo amor, sin embargo el día que la fotocopiadora cierra, recién entonces él puede empezar a olvidarla como quien confunde el camino o toma el micro equivocado.