Techos

¿Alguna vez intentaron ver cómo se ve la vida desde los techos; cómo sobrevive la calle, atravesada por indolentes que nunca llegarán a nada, ni siquiera a sus propias casas? Se pregunta esto mientras mira el techo alquilado, casi a punto de estrellarse contra su cara; es más, esa lágrima que le transita la mejilla no es lo que se dice una lágrima. La ca ñería rota insiste en ofrecerle su cotidiana y miserable lluvia, carente de todo romanticismo. Abajo, mucho más abajo, está él.