Canzonetta

Venecia también fue un desierto. Lo confirman los peces crucificados en un cactus. Lo recuerdan las aguavivas aullando de sed, las monjas azules corriendo desnudas entre las cigarras. Venecia fue un desierto con paraguas. El bosque fallido, el polo corrompido. Un faro sin luciérnagas. También el agua donde se esconden las lluvias. Un mayúsculo fraude.