14 hermanos



Si las historias están esperando ahí en la infancia para que las recuperemos, pues bien, les contaré de aquella vez en que fuimos al campo y todo parecía una película inglesa ambientada en el siglo XVIII. Hasta había un mayordomo o eso creía entonces. Un picnic en torno de un lago, en un jardín inmenso junto al castillo (o una casa muy muy grande que parecía un castillo), fue el marco ¿victoriano? donde sucedió el hecho. Al llegar eramos varios niños, pero a la vuelta faltaban dos. Hasta el día de hoy no se sabe qué pasó con ellos, como tampoco qué fue de la vida del mayordomo. En casa jamás se habla del tema, aunque para esa fecha mamá llora casi todo el día. Desde entonces, no hacemos picnics ni vamos a reuniones al aire libre. Y también desde aquel suceso, mamá no deja de tener un hijo tras otro. Siente, creo yo, que así cubre el vacío de aquellos niños perdidos. Y nuestro vacío, ¿quién lo llena?, preguntamos los 14 hermanos que sobrevivimos.