Ala una, alas dos

El auténtico pájaro capicúa vuela de atrás hacia adelante. Y viceversa. A veces el viento lo rebobina como a un viejo caset y su sombra termina donde todo empezó: en el umbral de un árbol que de tan imaginario aún no existe o ya se voló a su cielo de jaula eternamente abierta.