¿Quién dijo que estoy aquí?

"Uno recién empieza a morirse cuando piensa en su epitafio, cuando cree haberle dado forma definitiva, como a un poema", escribía a sus 81 el poeta Aldo Lisboa. "El mío dirá -continuaba- ¿Quién dijo que estoy aquí? Una pregunta retórica para arrancarle al menos un segundo de atención a la mujer que pasa cada lunes a llevarle flores a su marido muerto en la guerra o a la adolescente que descubre el sexo detrás de mi tumba, ese jardín en donde entregará su primera rosa negra".