El final recién empieza. En eso piensa sentado a la vera del río, viendo
a unos extraños pájaros participar de una confusa ronda, desconcertados, como
si no supieran hacia dónde van. Un pescador que está sentado cerca, en una de
esas sillas de playa, y que hasta el momento no ha dicho nada, pone en palabras
lo que él está pensando: “¿Vio esos pájaros que están como perdidos? Están
perdidos, no es casualidad. No crea que es el cambio climático ni el humo o el ruido
infernal de las fábricas. Es por los drones. Saben que en cualquier momento
llegarán. Los drones, por si no lo sabe, son otro tipo de pájaros. Asesinos
son. Desde sus nidos metálicos salen a derribar los nidos ajenos. No lo olvide,
para los drones todos somos pájaros enemigos, un peligro inminente. Corta ahí, sin
espera ningún comentario del otro y sigue pescando, echando mano de tanto en
tanto a su petaca. A lo lejos, un tren de nubes negras preanuncia la tormenta.
¿Serán los drones?