Soñé con la tacita esa que tiene la cara de Focault. Me daba los buenos
días con cada cucharada de azúcar. Soñé con Piñón Fijo a cara lavada: era un
tío lejano de la cuñada de mi primo Julián. Soñé que mi papá era el Loco Abreu
y que tenía un bigote anchoita. Me quería. Soñé con la modelo de turno. Se
casaba conmigo pero tenía hijos con mi vecino. Soñé que atropellaba a un perro
y cuando me bajaba en realidad había atropellado a un pony que al agonizar
parecía un jaguar de Nat Geo. Soñé con un ciego que para probar que igual veía
se sacaba el ojo derecho y me decía “mirá con confianza, mirá qué hermoso se ve
el mar”. Soñé una ruta con una hilera de muertos a ambos costados como si
fueran álamos. Cuando corría viento, el aire se llenaba de aullidos. Soñé conmigo
y ella finalmente despertó. Mojada.