A confesión de parte
Miguelito asegura que el perro del circo tiene ojos celestes. Por su parte, el perro sostiene que Miguelito ladra mejor que él. El león desdentado y la niña funánbula han sido convocados para dirimir quién miente o quién muerde. Bajo la carpa, miles de personas e igual número de insectos esperan su turno para soltar un aplauso para uno u otro. La señal de caso cerrado queda a cargo del bufón ad hoc, lo que garantiza la seriedad de lo relatado hasta aquí.