Mal trago
Mezclo palabras, especias o abalorios de mi lengua más negra. El resultado es un ominoso cóctel que nadie estaría dispuesto a beber en esta noche donde hasta Alicia baila en el caño para verse brillar. Sospecho que tanta sed sin copa de cristal es otra forma de callar. Soy un teléfono roto, una pantalla apagada. La mano del ahogado aferrada al cuello equivocado. Por eso hablo solo antes de apagar la luz de toda la calle. Ustedes se lo pierden, me digo, y antes de acusar a la almohada brindo conmigo frente a un espejo donde estamos todos.