Altavoz

La ficción aquí y ahora, 159 años después del hálito final de Poe, se define por correrse del punto. Por desgenerar lo generado. Minar el páramo y habitar sus esquirlas. Por tomar por asalto los escritorios abarrotados de libros sin alma. Tirar a la basura lo que no late, lo que se disuelve al mero contacto con la luz. Se impone desandar la ceniza para volver al fuego. Arder hasta el contagio. El reto es que los conejos saquen magos de la galera. No al revés.