Cuentito anómalo

Enanos me crecen en la página en blanco. No árboles, no uñas, no cuentas bancarias. Enanos que ni Blancanieves se animaría a abrirles la puerta. Enanos de equis metros que desentonarían en cualquier jardín. Enanos que de grandes nunca fueron chicos. Enanos que no caben ni en la palabra fin.