El más real
“Lo hice para darle una sorpresa a Dios”, dice Borges tras rezar un padrenuestro en inglés en una minúscula capilla de Escocia. Al otro día, The Sun titula en rojo furioso “Dios ha muerto”. Mientras desayuna, Borges, que no ha leído el diario, comenta a sus anfitriones: “Anoche tuve un sueño muy real. El más real hasta la fecha”. Después calla, esperando una reacción o una palabra que active el relato. Quienes están con él se miran cómplices y disimuladamente tiran el diario a la basura.